CANGAS DEL NARCEA.- Un ganadero de Ibias intenta encerrarse en Corias en protesta por los daños de los lobos
Juan Carlos López Blanco, uno de los más importantes ganaderos de Ibias se encerraba ayer en las oficinas que la Consejería de Desarrollo Rural tiene en Corias, en Cangas del Narcea para protestar del abandono en que la Consejería tiene a los ganaderos ante los ataques de los lobos. “Mi intención es no moverme hasta que me den una solución: si quieren alimentar a los lobos con terneros que nos los compren”. Otros ganaderos de la comarca y responsables de la Unión de Campesinos de Asturias (UCA) se sumaron a la protesta, que finalmente se disolvió ante los avisos de la Guardia Civil. Pero los afectados avanzan que volverán el lunes, “con más gente”, para reclamar soluciones.
Según cuentan los ganaderos de la zona, en los montes de Ibias colindantes con Allande la situación se ha vuelto insostenible en el último semestre. Un año normal, Juan Carlos contabilizaba dos o tres vacas víctimas del lobo, normalmente en alta montaña. Éste, cuenta, y entre enero y mayo, suma veinte terneros muertos y alguno más herido. Y lo más grave es que los ataques se producen a las puertas de su casa y de la nave donde guarda el ganado. Yse producen tanto de noche como de día. “Cuando se produjo el último estaba mi padre al otro lado de la casa. Oyó a los animales quejarse y lo vio todo”, asegura.
El pasado martes, unos 25 ganaderos del concejo se reunieron con la alcaldesa, Silvia Méndez, para detallarle los daños y urgir medidas ya que el hecho de que la mayoría de las reses pastan en las brañas y en la sierra lo hace “especialmente vulnerable a los ataques del lobo produciendo un gran quebranto económico en unas explotaciones normalmente pequeñas”.
Fruto de la reunión y de un informe adicional de los cazadores del concejo, afectados también por la expansión del lobo, el Ayuntamiento ultima un informe para la Consejería de Desarrollo Rural, que remitirá de forma inminente. En él demandará dos medidas, avanzó Méndez, como consecuencia de la gran mortandad del último semestre causada a terneros, ovejas y gallinas. Una, acelerar el pago de las indemnizaciones. La otra, instar al Principado a reconsiderar el plan de actuación en el suroccidente que prevé abatir cuatro cánidos entre 2015 y 2016, algo que los afectados consideran “totalmente insuficiente”.