NARCEA.-COSAS DE XUAN.- Una maleta con bomba o la madrileñada del día
-¡Cago en ros!. Dígote cuntapeiro que si lo sé no baixo a la villa. Ya nun quise venir n´el Carmen pa no tener que quitarme la camisa na Calle Mayor, que dicen ye ahora lo moderno, y´alcuentrome con la puta maleta con bomba.
-Cálmate Xuan y cuéntame que es lo que te ha ocurrido
-Cuéntote, sí. Y trataré de facerlo en castellán clarito pa que no se me enfaden los de las LLetres, que andan por el Reguerón, si lo hago n´asturiano del nuestro, del de mi aldea, y no suyo, el de les cuenques. ¿Entiéndesme, ho?
– Te entiendo, si, te entiendo, pero al grano. ¿Qué pasó con la maleta?
-Atiende. Tomé café ya copa n´el Amador y fui tris con tras camino del Hospital para ver al mi compadre Pasquín que anda, más que jorobao, jodío, de la cosa del réuma o la puta que lo parió. Si iba andando me daba tiempo a golisquear las cosas nuevas que hay por la villa que parecez que últimamente solo tiene tiendas ya bares de quita y pon ya peluquerías de mulleres. Dígote que ya ganan con mucho a los chigres. También vide, desde la carretera, el nuevo camino del Cascarín a Santiso. Gústame eso ya tengo que dir a caminar por él…
-Xuan…..
-Voy, voy; que parez que en la villa estáis siempre aceleraos ya con priesas, coño.
-Pues eso. Acababa de cruzar la carretera pa entrar ya n´el Hospital cuando móntase la de mi madre. Yo ya habíame dao cuenta que había corrillos na puerta del bar y en la cera y la xente iba ya venía con priesas, pero ya te he dicho que en la villa andáis siempre así ya no le di emportancia alguna.
Ya te dije. Llega la policía local a toa hostia con luces ya sirenas. Ya detrás la Guardia Civil. Ya correr de acá pa acullá. Ya dar órdenes y más órdenes, ya facer recular al personal. Ya sacan cintas de colores y pónenese a cerrar to aquello. ¡La mundial!.
-Paisano, ¿que pasa?. Me pregunta acelerado un rapazón con papeles del médicu en la mano
-Ni puta idea, nin. O volviéronse locos o ha estallao la guerra con Tineo, díxele en cachondeo. Nun le gustó mucho no, a lo mejor era de p´allá. Baixamos un tanto hasta el bar de la carretera onde ya golisqueban unos cuantos cuando acercose un paisano ya preguntou también que pasaba.
– Una bomba, parece que hay una bomba en aquella maleta que está junto a los cubos de basura. Han acordonado todo y están a la espera de los artificieros, explicose uno de los curiosos.
– ¿Qué maleta?, preguntó el paisano.
-Aquella, aquella que está junto al cubo y tiene una cuerda.
-¿Aquella?. El paisano comenzó a reírse a carcajadas mientras levantaba la cinta de colorinos y se acercaba a los guardias mientras gritaba:
-Oigan, oigan, que la maleta es mía, que no hay bomba ni leches. Que la he puesto yo ahí porque aún puede servir a alguien y por eso no la metí en el cubo.
Uno de los guardias soltó un bufido como de buey en celo ya los otros comenzaron a reírse y bromear. Avisaron a los artificieros, que venían desde Oviedo, para que diesen la vuelta y todo comenzó a relajarse. Un guardia civil se acercó a la maleta, la movió y volvió a dejarla en su sitio.
-Esta vacía, gritó.
Explicaron que una veraneante, dicen que de Madrid, vio la maleta junto a la basura, llamó a emergencias y montó el follón. ¡Manda carallo!
-¿Te atreverías a ponerlo un final cuntapeiro?
-Pues claro.
Y cuando los guardias comenzaban a irse acercando y la gente, perdido el miedo comenzó a moverse, no se sabe de dónde salió Chamorrín que pasando entre las cintas de seguridad y entre los curiosos llegó junto a los contenedores, se agachó, cogió la maleta, dio un alarga chupada a su cigarrillo y siguió carretera arriba haciéndose cada vez más pequeño en la distancia. Aún pudimos verle subir su mano derecha y, sin volverse, dedicar una monumental peineta a los curiosos. Demasiada televisión.
NOTA.- La base del relato es real no así el final que agrega el cuntapeiro