CANGAS DEL NARCEA.- ¡Cuidado, garrapatas!
Las garrapatas se están haciendo fuertes en la comarca. Así se desprende de un estudio realizado por Sanidad para conocer su presencia en el Principado y buscar la manera de diagnosticar y hacer frente a la enfermedad que su picadura produce (Lyme).
Este trabajo de investigación ha determinado que el número de casos ha crecido de forma constante en los últimos años, especialmente en la zona rural y con una mayor presencia en el suroccidente. El informe reconoce que la enfermedad que trasmite la garrapata es poco conocida ya que, al no ser de declaración obligatoria, solo se conocen los casos más graves que llegan a los hospitales
Señalan que el riesgo de infectarse es directamente proporcional al tiempo que se dedica a las actividades recreativas al aire libre, a la densidad de garrapatas y al número de ejemplares afectados. En Asturias, junto a otras regiones del norte, la enfermedad de Lyme, que es la que produce la picadura, está considerada endémica.
Los estudios epidemiológicos realizados revelan que esta enfermedad presenta una tendencia ascendente en Asturias. La media de ingresos entre 1.996 y 2008 era de 6 por cada 100.000 habitantes. Entre el 2008 y el 2014 se elevó a 22. También se constata una distribución temporal de los ingresos, desde finales de la primavera a principios del otoño, que coincide precisamente con la época de mayor actividad de la garrapata. En cuanto al territorio, se ha confirmado una clara concentración en el Área Sanitaria II, con cabecera en Cangas del Narcea. Si la media por área es de dos casos por cada 100.000 habitantes, en esta zona se eleva hasta 18. Otros estudios creen que la incidencia real es mucho mayor y que puede llegar a los 130 casos. Esta diferencia se explica por lo poco diagnosticada que está la enfermedad.
Según relata el informe, los pacientes acuden a las consultas con síntomas leves, como las erupciones cutáneas, y pasan desapercibidos. La mayor parte son varones de edad avanzada y solo la mitad recordaba haber sufrido una picadura. Cuatro de cada diez habían realizado alguna labor relacionada con la agricultura, la jardinería o el contacto con el ganado o la caza. Casi nueve de cada diez habían estado en la zona rural, ya sea porque viven en un pueblo o porque participaron en alguna excursión. Solo en 12 casos fue imposible llegar al origen. Los enfermos identificados presentaban síntomas generales como fiebre, adelgazamiento, malestar general o conjuntivitis.