NARCEA/BERZOCANA.- Hoy es miércoles de ceniza. Algunas notas del ayer
Tras el martes de carnaval, hoy en día trasladado a sábado en muchos lugares por cuestiones mercantilistas, se celebra el miércoles de ceniza.
Salvo en aquellos lugares que aún guardan la tradición y hoy celebran el entierro de la sardina, puede que tal festividad pase prácticamente desapercibida. Para otros muchos puede llegar impregnada de nostalgias de la niñez o la adolescencia cuando el miércoles de ceniza figuraba, no se si por derecho propio o por imposición, en el calendario. Desde que tengo memoria y hasta ya iniciados los setenta, los escolares acudíamos desde los centros, escoltados por los maestros y en filas ordenadamente dispuestas, a la iglesia del lugar para recibir la ceniza. Se acababa un prohibido carnaval y se iniciaba la impuesta cuaresma.
Sin romper la filas y dentro de una disciplina cuasi militarizada nos acercábamos al altar donde nos esperaba el sacerdote con el recipiente que contenía la ceniza en una mano. Tomando una pizca con sus dedos, con lo otra mano, nos trazaba una cruz en la frente mientras repetía: “Memento, homo, quia pulvis est, et in pulverem reverteris”. Es decir: Acuérdate, hombre, que polvo eres y en polvo te has de convertir.Viene a mi mente lo que al respecto señalaba la Enciclopedia Álvarez, Tercer Grado, y que el maestro escribía en el encerado, con el correspondiente dibujo, para que el alumnado lo copiásemos en el cuaderno y memorizásemos: “La cuaresma nos recuerda los cuarenta días que Jesús pasó en el desierto haciendo oración y penitencia. Así se preparó para comenzar su viada pública. Imitando su ejemplo, hagamos también nosotros oración y penitencia. Meditemos durante estos cuarenta días sobre las verdades eternas: muerte, juicio, infierno y gloria; hagamos firme propósito de ser más buenos cada día y preparemos el camino del Cielo, confesando y comulgando con fervor”.
Los que andábamos en el mundillo de la monaguillería sabíamos que la ceniza se había preparado quemando las palmas y ramos utilizados por sacerdotes y sacristán en el Domingo de Ramos que posteriormente se quemaban guardándose la ceniza.
El simbolismo de esta ceniza se relaciona con el hecho de ser el residuo frío y pulverulento de la combustión, lo que persiste luego de la extinción del fuego. La ceniza simboliza la muerte, la conciencia de la nada y de la vanidad de las cosas.
Hoy en día, la Iglesia Católica sigue celebrando esta liturgia de miércoles de ceniza e imponiendo la ceniza a los fieles que con tal fin acuden a los templos. Por cierto, para los católicos es día de ayuno y abstinencia.
En el siglo IV se fijó la duración de la Cuaresma en 40 días. Ésta comenzaba seis semanas antes de la Pascua, en domingo, el llamado domingo de “cuadragésima”. Pero en los siglos VI-VII cobró gran importancia el ayuno como práctica cuaresmal. Entonces surgió un inconveniente: desde los orígenes de la liturgia cristiana nunca se ayunó en día de domingo por ser “día de fiesta”, la celebración del día del Señor. Entonces se movió el comienzo de la Cuaresma al miércoles previo al primer sábado del mes.