BERZOCANA.- La foto y su pie: El camión de la corcha
Ligero de peso y sobrado de volumen, el viejo camión de la corcha hace bambolear su carga en las complicadas curvas de la carretera a Logrosán. Sogas y maromas, tensas, intentan sujetar la corcha y sirven de escalas a los alborotados escolares que, colgándose de ellas, olvidan aula y horarios. Saltimbanquis de ocasión, felices, viajarán de polizones hasta “la última revuelta”.Allí, el camión reduce casi hasta pararse. Los aventureros se bajan e inician andando el camino de vuelta. Es tarde y serán castigados por el maestro. Es igual, ya han vivido su tarde aventura.
¡¡QUE BUENOS RECUERDOS¡¡, quertido Pepe. Recuerdo que sólo los más valientes llegaban hasta la ” la última revuelta”. La mayoría nos tirábamos del camión en el “mogal de tío Pepe” o en el puente Cerrillo.