BERZOCANA.- La Nochebuena del pastor
Gastados picachos de mi tierra
cuna de toscos pastores
poneos vuestro velo blanco
que la Nochebuena viene.
Rumia el antiguo rabel
romances de lobos pardos
y pandero y almirez,
con sus bordes desgastados,
acompañan con sus sones
a las manos del anciano.
Resonar de la guitarra
ahumada,
compañera del zurrón,
del cayado.
Pastores de la alquería
que caminan al poblado…
Voces de bronce sonoro
cabalgan en viento helado
Nochebuena campesina
preñada de tradiciones.
Pastores y zagalillas,
castañuelas y rabeles.
Misa del Gallo en la aldea
con albas de cielo abierto.
Villancicos para el Niño
Nacido en un portal viejo…
Allá lejos, en los montes,
la luna se hace romero.
Nochebuena del pastor
en los campos extremeños.
Corazones que se abren
a la dicha de los vientos.
Vibra una voz varonil
que va cantando a los lejos:
Paz en la tierra a los hombres
y gloria a Dios en los cielos.
Este poema, escrito allá a finales de los sesenta, fue ya publicado en esta página hace unos dos años. Una avería en el servidor hizo que se perdiera junto con otros trabajos. Es por eso por lo que hoy lo traemos aquí de nuevo, para recuerdo de los que entonces lo leyeron y ofrenda para los que no lo conocían. Iba precedido de una entradilla en prosa que decía: “Una vez más nos disponemos a recibir la Navidad. Una vez más el Niño Dios nace simbólicamente para y todos. Para el pobre y para el rico, el niño y el anciano, y el blanco y el negro. Y nace también para los labradores y pastores de nuestra amada Extremadura. Para esos sufridos hombres que, de sol a sol, soportan con estoicismo, digno de sus antecesores Pizarro y Cortés, los frío de diciembre y los calores de julio. A ellos, con la más sincera admiración y respeto, van dirigidos estos versos en los que, estoy seguro, todos los cacereños expresan conmigo su más cordial felicitación navideña para todos”.
Publicado en el 2014.