BERZOCANA.- Los “barrenaos”
Vuelve Fulgencio a esta página con una breve descripción acorde con estas fechas de septiembre y una perdida costumbre de los chavales, y a veces no tan chavales, de Berzocana
El día ocho de septiembre, fue ya el pasado año, y sin saber por qué, vino a mi mente un recuerdo de mi infancia. Como sé que muchos ya ni os acordáis de ello, he decidido escribirlo como una remembranza más.
No sé el significado de la palabra barrenao, ni mucho menos el porqué se daba ese nombre a los peregrinos que venían de Guadalupe, como tan poco entendía ni entiendo el porqué de aquella agresividad,
Estábamos al principio de la segunda mitad del siglo XX, cuando todavía la presencia del cura, del alcalde, o de la Guardia Civil era respetada, cuando los maestros ejercían en las aulas como verdaderos agentes de autoridad, cuando las blasfemias y las palabrotas era delito que podía ser multados, cuando los niños podían jugar libres en las calles sin miedo.
El ocho de septiembre era el día de la Virgen de Guadalupe, no el día de Extremadura, pues entonces España era una, grande y libre. Una o dos noches antes, la plaza de Berzocana se llenaba de peregrinos de Alias, Garziaz y Aldeacentenera que iban camino de Guadalupe. Llamaba la atención como los pueblos de alrededor se movilizaban para ir a honrar a la “Morenita de las Villuercas”. Todos menos Berzocana. Según la tradición, los frailes Jerónimos del Real Monasterio, al enterases de que las Reliquias de los Santos Fulgencio y Florentina, no recibían el culto debido quisieron trasladarlas a su casa intentándolo incluso a escondídas; la tradición dice que hubo una intervención divina para impedirlo, así lo cantan las coplas de Ramo.
Siempre Guadalupe quiso,
Llevarse a los nuestros Santos,
Más por alta providencia,
Siempre lo ha sido escusado.
Más por ver su desengaño,
una vez que lo intento,
siendo la mitad del día,
al instante anocheció.
Quizás esta historia es la que dio origen a la tradición de los barrenaos, y a que las rencillas entes los pueblos duraran siempre.
Consistía en que los niños, y no tan niños, provistos de un melón o una sandia, se fueran a los cruces de los caminos por donde venían los pelegrinos, después de comerse la carne del melón o la sandia, las cáscaras eran tirada como proyectiles sobre los pelegrinos mientras les decían.
“Barrenaos con el culo cagao, que venís de besar el culo a los frailes”.
Esta costumbre, como tantas otras, desapreció con los años, ya no tenía sentido tirar las cáscaras a los coches que iban por la carretera, el camino a Guadalupe quedaba reducido solo a la ida, las gentes continúan yendo andando, pero ya no vuelven andando sino en coche, y en cuanto a la rencilla, quedo oficial mente perdonada, el 3 de octubre de 2009 cuando con motivo del año jubilar berzocaniego, quedaron hermanados los dos pueblos.
Pero hoy y a pesar de que dos caballeros de la Virgen son hijos de nuestro pueblo, Don Florencio Álvarez y Don Antonio Tejero, las gentes de Berzocana continúan siendo reacias con la Virgen de Guadalupe, ellos ven una imagen mas de María, mientras en las Reliquias ven algo más. El señor Fulgencio Labrador, ya fallecido, me comentaba ya hace algunos años. ¡La Virgen es más que ningún santo pues es la madre de Dios, pero no deja de ser una estatua vestida que se puede repetir, nosotros tenemos los restos mortales de un hombre y una mujer, y estos son irrepetibles! La sabiduría popular que supera toda ciencia, me dejaba sin palabras.
Septiembre de 2014 Fulgencio Rodríguez
Ya me extrañaba ami que no escribieses algo, ayer nos fuimos a Guadalupe, y recordando los barrenaos ablando decía yo pronto nos escribe Fulgencio algo ya sabes que te admiro un montón, aparte de por muchas cosas y una especial que no menciono porque me llega al alma, esa inteligencia y memoria, buena persona y sabes apreciar quien te quiere paisano amigo sigue asi que eres único un abrazo Fulgencio.