CANGAS DEL NARCEA.- La foto y su pie: un escondido rincón
La casa se encontraba oculta, fuera de miradas indiscretas o no sensibles. Dejándose lamer por las aguas del Luiña, los años se han deslizado junto a ella al igual que la corriente, siempre la misma, siempre distinta. Cerrada, en silencio, viendo pasar las vidas de los cangueses, el nuevo paseo la ha abierto a miradas de hoy.
Casi estoy convencido que, más allá de los de Santa, no son muchos los cangueses que la conocen. Hasta hoy, yo también estaba entre ellos.