CANGAS DEL NARCEA.- Los acusados de matar un osos en Porley niegan haber colocado el lazo
Los dos acusados de matar un oso mediante un lazo de acero en la localidad canguesa de Porley en agosto de 2012, han negado en el juicio haber colocado dicho lazo y han indicado que “ni son cazadores, ni tienen interés alguno en colocar lazos para que caigan animales”.
Asimismo las defensas de ambos acusados han apuntado a la negligencia de los técnicos y veterinarios como causa de la muerte del plantígrado, “ya que no atendieron al animal ni lo hidrataron, a pesar de las altas temperaturas, y esperaron a terminar de comer en el bar del pueblo para narcotizar al animal y liberarlo del lazo”.
La Fiscalía del Principado de Asturias sostiene que los acusados colocaron un lazo metálico, convenientemente camuflado para pasar inadvertido en el monte vecinal La Regaza, a unos 100 metros de la localidad de Porley. A
Presenta como prueba la aparición del cadáver de un jabalí en las proximidades del lugar donde se encontró al oso y cuyos restos se encontraron en el interior de un saco de obra que presentaba el logotipo de una empresa de construcción en la que trabajó uno de los acusados.
Los acusados, el guarda de un coto de Cangas del Narcea y un vecino de Gijón, aunque con vivienda familiar en Porley, no sólo han negado haber colocado ese lazo, sino que además han defendido que el animal pudo caer en un lazo fuera de esa zona y quedar atrapado en el matorral en el fue hallado tras llegar arrastrándose.
El guarda del coto ha asegurado que habían quedado para ir a unas canteras cerca de sus fincas pero que su vecino se durmió y él fue solo. Asegura que a la vuelta vio “algo moverse entre la maleza” y localizó al oso en un lazo y alertó del hallazgo. “Yo no me demoré en avisar que había visto el oso”, ha insistido el acusado, ante la discrepancia con la Fiscalía en los tiempos de las llamadas registradas en su móvil. Preguntado por qué no llamó al 112 ha indicado que como guarda de coto “no tiene ningún protocolo concreto”, por lo que decidió llamar a quien consideró más adecuado, en este caso el guarda mayor. Señaló también que no pudo ver como soltaron al oso, ni tampoco la manera en la que cortaron el lazo, pero ha insistido en que pudo llegar arrastrándose desde otro lugar hasta allí.
Dos guardas de Medio Rural pertenecientes a la Consejería, de los primeros en llegar a la zona, aseguraron que “es imposible que el oso viniese arrastrándose porque el lazo estaba muy anclado a un piorno que resultaba imposible de cortar a no ser con una motosierra”.
En cuanto a la actuación de técnicos y veterinarios, mientras que la defensa de los acusados ha apuntado a una negligencia, los testigos han indicado que los técnicos llegaron a Porley en torno a las 13.00 horas pero se reunieron en el bar, donde algunos aprovecharon para comer, para organizar el operativo necesario para actuar de manera conveniente.
La vista tuvo que ser interrumpida y trasladada a otra sala por problemas técnicos con los equipos de grabación. Está previsto que la sesión continúe en las jornadas del miércoles y del viernes.