CANGAS/BERZOCANA.-Piñas, manzanillas y reglamentos
Las continuas, estudiadas, meditadas, probadas y evaluadas medidas de protección a la Naturaleza harán, mejor dicho, están ya haciendo de Asturias, un emporio único en el mundo. Un mundo que vendrá a ser la reproducción de aquel Edén, de aquel Paraíso Terrenal del que hablan las Sagradas Escrituras y en el que ni siquiera estaban aún Adán y Eva ya que, como bien sabe la mayoría de los que acudieron a la escuela antes de implantarse la LOGSE en cuanto aparecieron ya les prohibieron coger las manzanas. Luego, si nos fijamos, tampoco los grandes pensantes y pensadores asturianos han inventado nada nuevo al respecto.
Viene esto a cuento por lo siguiente: Estén atentos especialmente los vecinos en pueblos y aldeas a lo que les digo.
Está totalmente prohibido coger piñas del suelo. ¿Ah, que qué ocurre si los pinos y los terrenos sobre los que se asientan son suyos?. Pues nada, prohibido, tiene usted prohibido coger sus propias piñas. Nada, nada de aprovisionar la leñera con piñas para encender la cocina como se ha hecho siempre. Prohibido. Durante siglos hemos sido unos perfectos borricos en esto de entender la Naturaleza.
Dicen los que sí saben de esto, los que están en la capital, que si se cogen las piñas se rompe el proceso reproductivo ya que dentro de las piñas van los piñones y claro, no nacen nuevos árboles. Y yo me pregunto, y quizás usted también. ¿Cómo carajos quedarán entonces pinos después de tantos siglos sin enterarnos de que esto funcionaba así?. Seguro que las vírgenes, santas y santos patrones de cada pueblo hicieron el milagro de perpetuar la especie. Y claro, como ahora somos todos unos incrédulos y no hay milagros, e incluso hay pueblos en los que ni siquiera hay misa los domingos, pues eso: Prohibido coger las piñas del suelo.
Y ni se le ocurra coger la flor de manzanilla del monte. Eso, amén de estar prohibido y multado, puede incluso llevarles a arder en el fuego eterno de los infiernos ecologistas. Sí, sí, ya se que están ustedes pensando que la manzanilla crece libre en el monte y vale casi para todo, para las digestiones pesadas, para la pesadez, para lavarse los ojos enfermos, para…. Pues nada: nada de arrancar manzanilla. ¿En su prao?. En su prao tampoco. ¿O va a saber usted más de esto de la manzanilla que las consejerías, departamentos, asesorías agrupaciones, observatorios, antenas, agrupaciones, asociaciones de defensa de las flores amarillas y amigos del aire que remueven los pétalos de la flor?
Nada, prohibido.
¡Ah¡ pero sí me han dicho mis espías que en cuanto acaben con esto de la manzanilla, las piñas, las sendas, los GPS, los mapas, las rutas en el móvil y eso, pues empezarán con lo del paro, las empresas, los créditos, los arreglos de montes y caminos, lo de los lobos, lo de los jabalíes, en fin, de esas cosillas que, con mucho, son menos importantes.