CANGAS/BERZOCANA.- ¿Cuándo hemos perdido la capacidad para detectar a los cantamañanas?
Hace ya tiempo que me vengo diciendo a mí mismo la dichosa frase del anuncio:
-Yo no soy tonto, y usted.
Pues bien, con la cosa de tener ya en marcha y en el horizonte más cercano elecciones y más elecciones, parece ser que tendré que repetir mucho más la frase ya que desde todos los medios, pero muy especialmente desde los televisivos, gran parte del personal y determinados políticos, bueno casi todos, se han empeñado en tomarme (¿o no es a mi solo?) por tonto.
-¿Pero cuándo hemos perdido la capacidad para detectar a los cantamañanas?
Nos cuentan sus peroratas vacías, ininteligibles, fuera de toda lógica y realidad en el convencimiento de su sapiencia y la condescendencia de descender a resolvernos cualquier problema aunque no conozcan ninguno. Y nosotros, papanatas de lo políticamente correcto y ciegos creyentes adoradores de todo cuanto por la tele nos dicen, nos convertimos en turiferarios de toda mierda envuelta en pretendido espectáculo que al salón de casa nos llega.
Hemos perdido la capacidad de analizar, comparar y llegar a conclusiones para quedarnos únicamente en los gestos, en la foto del gesto y el argumento de catorce caracteres.
Ponemos en solfa cualquier argumento o explicación técnica o científica, incluso política, que nos llegue fundamentada y desarrollada y creemos a pie juntillas cualquier memez en la tele de turno analizada entre gritos por el famosillo o politiquillo de turno o, lo que es peor aún, del que vende sus vergüenzas en cualquier pantalla.
Dijo alguien que vivimos en la sociedad más informa y peor preparada que ha habido nunca ya que somos incapaces de digerir todo lo que nos llega. Hemos perdido la capacidad de discernir. Y lo que es peor, hemos duplicado la de vociferar muestra pretendida razón
Cualquier niño sabe cuando le mienten, los fanáticos de los programas de cotilleo y el Factbook: nunca
Cantamañanas: Persona informal, fantasiosa, irresponsable, que no merece crédito