CANGAS DEL NARCEA.-La foto y su pie: PEÑA LA MADREÑA
Con el título general de “La foto y su pie” esta página inicia un nuevo apartado que espero sea de su agrado. De paso les animo a que escriban sus opiniones e ideas en el espacio señalado al respecto
Fueron pioneras. Y no necesitaron ni de concejalías representativas, ni oficinas de apoyo, ni puntos de orientación a la mujer, ni asesoras de género, ni de políticos o representantes sindicales de la mujer para la defensa de los derechos femeninos.
Se iniciaba la década de los ochenta y las Fiestas del Carmen y la actividad de las Peñas entraban en una época de expansión y actividad que las llevaron a donde están ahora. Un grupo de dinámicas mujeres solteras y casadas, que no se resignaban a ser meras espectadoras de lo que ocurría, decidieron que había llegado el momento de incorporarse a la fiesta de forma activa. Y lo hicieron ¡Vaya si lo hicieron!.
No fueron necesarias reuniones y más reuniones, propuestas y más propuestas, negociaciones y más negociaciones. Lo mejor era pasar a la acción primero y después se iría haciendo lo demás. ¡A la calle chicas!, se dijeron.
Sin muchos más protocolos crearon la primera peña femenina de Cangas del Narcea: LA MADREÑA. Necesitaban un logo y un color para la camisa. Tampoco les creó muchos problemas. El color de la camisa: blanco, y el arquitecto Juan Antonio Domínguez Piris les diseñó el dibujo. Una madreña. Lanzadas ellas, decidieron que aquello debía tener un toque de calidad y, sin más, encargaron a las monjas dominicas de Cangas que bordasen en las camisas el logo. Durante muchos años así se siguió haciendo. A principios del 84 ya contaban con estatutos y todas las bendiciones administrativas.
Ya de entrada encontraron el apoyo de las peñas de hombres. Querían ser iguales en todo y qué menos que incorporarse a las tiradas de fuegos artificiales como sus homónimas. No había hueco en la noche del día 15 y se decidió hacerlo en la del 16. Y arrancaron con fuerza haciéndose notar. En aquellos años era todo un acontecimiento ver la gallardía, el garbo y la donosura con que aquellas intrépidas lanzaban voladores con la misma facilidad que sus novios y maridos y…, en muchos casos, mejor. Al día de hoy continúan en la misma línea.
Ya en la noche del 15 proclaman su independencia y se montaban sus juergas por libre. Tan solo en el amanecer del 16 quedaban con sus novios o maridos para desayunar e iniciar las actividades del día grande. Desde el primer año se hicieron notar en ese día. Unas subidas en un todo terreno, otras a pie, se incorporaran a la comitiva de los cabezudos repartiendo caramelos entre la grey infantil y simpatía y buen humor entre todos los cangueses. Siguen en ello.