Pirotecnia Pablo, de Cangas del Narcea, gana el concurso de fuegos de la Batalla Naval de La Coruña
La empresa afincada en Cangas del Narcea, Pirotecnia Pablo, será la encargada de llevar a cabo el espectáculo de fuegos artificiales de la próxima Batalla Naval, que se desarrollará en la noche del 14 de agosto en La Coruña. El Instituto Municipal Coruña Espectáculos (IMCE) adjudicó el pasado lunes este contrato a la firma citada tras resolver el procedimiento negociado en el que participaron otras cinco empresas del sector, entre ellas Pirotecnia Ricardo Caballer, organizadora de la sesión de fuegos del año pasado, por la que fue sancionada por el Gobierno local al entender que había durado menos de lo acordado.
Los criterios técnicos fijados en el pliego de condiciones fueron determinantes para que Pirotecnia Pablo se hiciese con este contrato, ya que obtuvo 14,39 puntos frente a los 13,21 alcanzados por Ricardo Caballer, el segundo clasificado, que por su parte recibió la mejor calificación, 9 puntos, en el apartado de la oferta económica, donde la compañía asturiana solo llegó a los 8 puntos. Los aspectos técnicos que tuvo en cuenta la mesa de contratación al analizar las ofertas fueron el proyecto descriptivo del espectáculo, el peso neto de la materia pirotécnica, las mejores propuestas planteadas y los medios materiales utilizados.
La Batalla Naval consiste en un espectáculo de pirotecnia que se realiza en los últimos años en la ensenada del Orzán y que simula el enfrentamiento entre los navíos ingleses y los defensores de la ciudad en 1589. El montaje se desarrollaba inicialmente en la zona portuaria de O Parrote e incluía una pequeña representación teatral, pero el Ayuntamiento decidió trasladarlo al paseo marítimo con el fin de facilitar su contemplación, ya que suele congregar a millares de espectadores.
El espectáculo ofrecido el año pasado por Pirotecnia Ricardo Caballer concluyó con polémica a causa de la decisión del Gobierno local de sancionar a la empresa al estimar que la sesión de fuegos artificiales había tenido una duración inferior a la prevista. El Ayuntamiento aplicó a la compañía una penalización del 10% de la cantidad por la que se le adjudicó el contrato, en torno a 7.200 euros, y no tuvo en cuenta los argumentos que esgrimió para justificarse, en los que aludió a que las condiciones atmosféricas eran adversas, hasta el punto de que se había dado la alerta amarilla en la ciudad.