De móviles y buena educación


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 Con el permiso de ustedes hoy voy ha hablarles de……….. ( suena timbre de móvil) perdonen. Siiii?……. Bueno, es que estoy en la radio… si… bueno…, bueno….; te llamo luego…; no te preocupes….; eso no es nada. Vale….,adiós.

 Seguro, seguro, que a ustedes les ha tocado vivir o padecer una situación similar a esta. Se encuentran en una conversación y, de repente, suena el teléfono y la persona con la que está se pone a hablar por el dichoso chisme y a usted le deja con la palabra en la boca, incluso aunque estén tan solo ustedes dos, o aunque sea en una pequeña tertulia, o incluso en una reunión o una visita. En cuando suena un móvil, la educación y el saber estar saltan por los aires. Y está demostrado que en el 80% de los casos son llamadas inocuas, sin sentido ni importancia alguna, pero siempre se les da prioridad sobre el o los interlocutores que se tengan en ese momento a los que se ningunea o se pasa totalmente de ellos sin respeto alguno. Lo que siempre ha sido total falta de educación.

Les cuento. Estas situaciones llegan a esta el punto de que te permiten saltarte las colas hasta en los organismos oficiales. Acompañaba en Madrid a un amigo a una pequeña consulta a las oficinas del INEM (o como se llame ahora) y nos encontramos con una larga cola. Como era tan solo una pregunta no estaba dispuesto permanecer allí tanto tiempo así que, disimuladamente, se acercó al mostrador, miró el número de extensión del teléfono que estaba sobre el mostrador, y volvió a la cola. Como tenía el número de la oficia en el móvil, marcó y pidió la extensión de la ventanilla que tenía delante. Vimos como la funcionaria levantaba el teléfono, dejaba con la palabra en la boca al que tenía delante y atendía la llamada que mi amigo  estaba haciendo desde la misma cola. Como es lógico ésta se paró hasta que la funcionaria aclaró la duda a mi amigo. Burló toda la cola, colgó, fuese y no hubo nada. Absolutamente nadie dijo nada a la funcionaria que actuó con una total falta de educación y respeto hacia todos los que tenía presentes en la cola y a los que tuvo esperando mientras atendía la llamada. Y si se fijan verán que este tipo de situaciones se repiten una y mil veces en ventanillas oficiales, bancos y múltiples dependencias y empresas. La llamada telefónica siempre se impone a la voz presencial. Falta de educación que, de alguna forma, debemos de hacer ver al que la comete. Y no digamos si está charlando contigo y la vez está dale que dale a los mensajes, el WhatsApp, o los concursillos online. De vergüenza ajena.

Y de paso sírvannos estos hechos para denunciar la galopante falta de educación y respeto entre personas que se está dando a todos los niveles. Ni la edad, ni el saber, ni la institución, ni el cargo son, en la mayoría de los casos, barrera alguna para mostrar nuestro manual de buenas maneras, saber estar, respeto o, simplemente, nuestra buena educación. Educación con la que mostramos a los demás que es lo que nos han enseñado en casa. A este respecto, la actitud de los más jóvenes retrata en demasiadas ocasiones a sus padres. ¿O no?

Crónica para Onda Cero Narcea el lunes 11 de febrero

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R. Mera

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