Los dos vecinos de Porley acusado de la muerte de un oso aseguran no tener nada que ver con el hecho
Los dos acusados por la muerte de un oso en la localidad canguesa de Porley se negaron a contestar a las preguntas efectuadas por el Ministerio Fiscal y por la juez de Cangas del Narcea ante la que comparecieron el pasado sábado día 2 de febrero..
J. M. A. A., de 50 años, y N. R. F., de 30, sólo contestaron a las preguntas de sus respectivos abogados. Rechazaron los hechos que se les imputan, y no refrendaron la declaración que en su día prestaron ante la Guardia Civil en el momento de su detención, en enero.
Tras prestar declaración, ambos han sido imputados por un delito contra la fauna. Ahora continúa la instrucción, pero todo apunta a que habrá juicio, así al menos los explicó el abogado de la Fundación Oso Pardo (FOP), Carlos González Antón, que ejerce la acusación particular. El letrado señaló que, en sus declaraciones, los dos imputados “se desvincularon del lazo encontrado, del jabalí hallado muerto y del oso, y aseguraron que el jabalí había sido atropellado por otro vecino del pueblo”.
Las investigaciones comenzaron el pasado agosto cuando se localizó un oso pardo atrapado por un lazo de acero cerca de la localidad canguesa de Porley. El Seprona recogió varias muestras, entre ellas un saco con restos de un jabalí, cuyos pelos estaban también en el lazo en el que posteriormente quedó atrapado el oso. A través de esas muestras se llegó a los dos acusados. Uno de ellos fue, precisamente, el guarda del coto de caza que dio el aviso del hallazgo del animal.
Los imputados niegan pues haber intervenido en la muerte del oso producida en agosto del año pasado tras permanecer varias horas atrapado en un lazo y niegan haber colocado el mismo. Así lo explicaron ante la magistrada titular del Juzgado de instrucción de Cangas del Narcea, que tuvo que conformarse con la versión ofrecida por los imputados en base a las preguntas de sus respectivos abogados. Tanto J. M. A. A. (que trabaja como guarda en el coto de Cangas del Narcea) como N. R. F. (un vecino de Gijón que acude cada fin de semana a la casa familiar de Porley) se negaron a responder a las cuestiones planteadas por el ministerio fiscal y a las propuestas por el letrado de la Fundación Oso Pardo, que está personada en la causa como acusación. “Había que buscar algún culpable y les ha tocado a ellos, pero no han hecho nada. Son cabezas de turco”, sostiene Alberto Rey, el letrado que defiende a N. R. F.
No obstante, los agentes del Seprona aseguran tener pruebas contundentes para culpar a los dos imputados y aseguran que el lazo que atrapó al oso también tenía restos de un jabalí y en la zona se encontraron pelos de ese tipo de animal. Al peinar la zona, en un vertedero cercano al lugar en el que falleció el plantígrado, los agentes encontraron un saco con un jabalí dentro que, según los análisis de la Guardia Civil, era el mismo que había muerto previamente en la trampa en la que también cayó el oso. Resultó que el saco tenía unas características muy peculiares ya que se utilizaba para almacenar esquirlas de aluminio. Tan solo hay una empresa en toda la cornisa cantábrica que lo utiliza. Esa firma está situada en Gijón y es el lugar de trabajo de N. R. F., el único miembro de la plantilla que tiene relación con Porley.
Por su parte N. R. F. declaró que el jabalí hallado dentro del saco en el vertedero había sido depositado allí por un vecino de la zona que previamente lo había atropellado con su coche. El letrado que lo defiende, Alberto Rey, ya ha solicitado que ese hombre sea llamado a declarar como testigo para que pueda aclarar lo ocurrido. “Ese señor fue al Juzgado para contarlo, pero no quisieron tomarle declaración. Del atropello tenemos fotos y muchos testigos”, adelantó el abogado