“Una sola hora de sol valdría para cubrir las necesidades de energía de la humanidad durante un año”
Cangas del Narcea inicia la semana dedicada a la “Feria de la Caza, Pesca y Naturaleza”
“Una sola hora de sol valdría para cubrir las necesidades de energía de la humanidad durante un año”. Así lo afirma Amador Menéndez, investigador del MIT (Instituto de tecnología) de Massachussets, en Estados Unidos y persona bien conocida en Cangas del Narcea en cuyo Instituto fue profesor durante seis años y donde comenzó su carrera en el ámbito de la investigación que le ha llevado hasta los Estados Unidos.
Hoy, a las ocho de la tarde, en la Casa de Cultura, es el encargado de abrir el ciclo de conferencias que, con motivo de la celebración de NARCENATUR se celebrarán en Cangas del Narcea durante esta semana. El título de la conferencia muy sugestivo: “Descarga científico-tecnologíca”
Menéndez pronunció una charla ante los alumnos del Instituto cangués para explicarles los diferentes aspectos en los que la nanotecnología puede ser usada y, en concreto, mostró el proyecto en el que está trabajando que puede convertir las ventanas de las casas y pisos en fuentes de energía, gracias a los rayos del sol.
Según el investigador “una sola hora de sol valdría para cubrir las necesidades de energía de la humanidad durante un año”. El problema, aclara, es que las “tecnologías actuales son muy caras y muy poco eficientes. Estamos trabajando en una tecnología capaz de atrapar la luz del sol con una alta eficiencia y a muy bajo coste. De esta manera podrá conseguirse que las viviendas generen la energía que necesiten para funcionar”, seña. Este proyecto arranca de una idea del propio Menéndez de la que se siente especialmente orgulloso.
No obstante, afirma, “aún se está lejos de que esta tecnología esté disponible de forma general, como mínimo unos diez años, por lo avanzados que estamos. En ese tiempo las ventanas podrán generar energía y el gasto de las casas será cero”.
Amador Menéndez vive a caballo entre Estados Unidos y Asturias. Le ha servido, esta circunstancia, para darse cuenta de las diferencias en materia de gasto en investigación que diferencian a ambos países: «Aquí la economía está muy mal. No es que esté bien en Estados Unidos, pero allí mantienen la filosofía de que en periodo de crisis es cuando más hay que invertir en investigación”.