Entrevista a la primer teniente de alcalde del ayuntamiento cangués Mónica Díaz

Mónica Díaz Álvarez es primera teniente de alcalde por el PSOE en el ayuntamiento de Cangas del Narcea gobernado por el PP. Ello fue posible tras haber apoyado aquellos a éstos en detrimento de IU que resultó la lista más votada. De esta forma, los socialistas devolvían la pelota a IU que en los anteriores comicios no cumplieron el pacto provincial de favorecer la elección de la lista más votada, entonces el PSOE. Mónica dimitió de su puesto de secretaria general del partido al día siguiente de la elección y pocos días después lo hacía como militante. Ahora está integrada en el grupo de los no adscritos

-Que la llevó a dimitir como militantes socialista?
-Incumplimos el mandato de la FSA y ello me llevó a dimitir ya que sabía las consecuencias de mi acto y que como consecuencia del cual tendrían que abrirme un expediente, una sensación que resultaba penosa para mí y que se alargaría en el tiempo. No era agradable.

¿Es consciente de que su actitud ha levantado un mundo de comentarios y cotilleos apuntando a que ha cambiado su ideología por un sueldo al que llegará antes o después?
-No tengo sueldo alguno y sí, fui y soy consciente de lo que apuntas. Hubo que tomar una decisión difícil y controvertida, lo hicimos con el total apoyo de la agrupación local y consciente de que íbamos a generar mucha polémica y comentarios, algo que también hubiese sucedido si tomamos otra. Los que tenemos cargos políticos sabemos que estas cosas suceden y hemos de aprender a vivir con ellas.

-¿Qué les llevó a apoyar al PP, venganza, afán de desquite?
-No, en absoluto. La venganza nunca es buena en política ni produce rédito alguno. Hay que pensar en los beneficios de aquellos a quienes representas y el de la agrupación a que perteneces, en este caso la venganza poco podrí aportar al PSOE cangués. Lo que hicimos fue consultar y debatir la situación con la agrupación y visto el desgobierno y la falta de democracia que se estaba dando en el ayuntamiento cangués en los últimos cuatro años de la mano de IU donde se nos negó sistemáticamente información, documentación y participación y l agrave situación económica que se estaba produciendo con muchas pequeñas empresas locales sin cobrar nos llevó a considerar que no era en absoluto beneficiosos para Cangas que estas personas continuases gobernando,

–Desde IU se comenta que José Manuel Cuervo, durante muchos años alcalde socialista es “la mano que mece la cuna”. ¿Es así?
-Es mentira y una salida de IU que carece por completo de programa electoral y que ha venido confundiendo a Cuervo con el PSOE, ahora al faltarles pierden el norte y no saben que hacer como organización política. Cuervo en ningún momento ha tomado decisiones únicas, sino como miembro deuna agrupación y nosotros no bailamos al son de nadie y ellos lo hicieron durante cuatro años al son de la derecha canguesa en la que se apoyaban.

–En su criterio. Y puesto que han venido denunciando una política de amiguismo que ha llevado a un aumento grave del aplantilla, ¿es este el primer problema a resolver?
-Es un problema muy grave. En estos cuatro años la plantilla ha pasado de 124 a 198 trabajadores y con ello se ha creado un problema muy grave. Hay que enfrentarse a él regulando servicios, evitando duplicidades y planteándose el grave problema económico que ello supone par alas arcas municipales. Por otra parte hay acumuladas facturas por importe que oscila entre los 2,5 y 3 millones, la mayoría de pequeños proveedores y empresarios. Hay que solucionar este problema y crear mecanismos que permitan resolver la economía del día a día.

-El PSOE local aborda una nueva etapa con José Calvo a la cabeza.¿Cómo lo ve usted que fue secretaria general?
-Pese a que ya no estoy afiliada no pienso estar alejada de la política socialista, fui y sigo siendo socialista. Doy mucho ánimo a Pepe Calvo al que deseo lo mejor, y que se arme de paciencia pues le ha tocado una situación complicada y difícil en la agrupación, pero hay que destacar la unidad de la misma pese a la difícil época que nos tocó vivir en estos últimos cuatro años.